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A juntar la leña!


Las líneas en el Konuko XVI

Por: Rafael Marrero (20/10/2018)

 “Nuestras leyes son funestas reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos, que este edificio monstruoso se derribe, caiga y apartando sus ruinas, elevemos el templo de la justicia y, bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un código de leyes venezolanas” (Simón Bolívar, Discurso de Angostura, 15 de Febrero de 1819). 

Es evidente que para la época era ya insostenible la antigua estructura de gobierno que se venía ejerciendo en estos predios, tal como lo refleja el Libertador en ese fragmento del Discurso de Angostura.

Reflexionando un poco y releyendo el “LIBRO AZUL”, como instrumento de la lógica del ideario Bolivariano y que constituye un documento fundamental que nos hace entender la génesis del proceso Revolucionario Bolivariano, encontramos que es de imperante necesidad apostar al cambio de las estructuras de dominación que rigen a las sociedades, tal y como lo plasmó Bolívar en su tiempo histórico e hizo lo propio el Presidente Chávez en nuestra época, en pleno conocimiento de que sus acciones respondían a una doble condición histórica: contar con un propósito claro y tener una plena conciencia de sus consecuencias en el tiempo, tal y como lo plantea el Presidente Maduro en el “Pórtico al Libro Azul”.

En el discurso pronunciado por el Coronel Simón Bolívar el 3 de Julio de 1811 en la Sociedad Patriótica de Caracas señala: “Trescientos años de calma, ¿no bastan? (…) Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos”. Así como en esta oportunidad, vemos que las tácticas y estrategias del Libertador están signadas a lo largo de su vida política y militar por dos acciones que condicionan todo proceso revolucionario: El movimiento y el cambio de estructuras. 

El día de mañana se conmemora 241 años de la elevación a Parroquia eclesiástica de la ciudad de Los Teques, evento en el que en mi criterio no se debería celebrar. Desde hace 240 años, la estructura de poder establecida en el “Cabildo Español”, que hemos conocido por lo menos en los momentos históricos más recientes bajo los nombres de Consejo Municipal, cuando la división político territorial era llamada “Distrito” y denominado actualmente como Alcaldía, han mantenido la tradición de celebrar tal “elevación”, esto en oportunidad de recordarnos la gentileza que ha tenido el supremo creador de permitir el genocidio cometido contra nuestros indígenas y la relación de dominación que se ejerce incluso actualmente a través de las instituciones, dejando entrever que existe una inmensa disparidad en la correlación de fuerzas en lo referente a la participación directa en la toma de decisiones por parte de los actores sociales involucrados, es decir, pueblo y gobierno.

Es tan absurdo el hecho de celebrar tal “elevación”, que ni siquiera la misma iglesia católica, quien es la que debería hacerse de los méritos de la adhesión de súbditos, posesiones y todo tipo de riquezas que nos provee la madre tierra es la que gestiona, organiza o activa tales fiestas. Una pregunta sin respuesta:¿A dónde nos elevaron?

Es necesario seguir apostando dentro del legado de Hugo Chávez y del ideario Bolivariano, Zamorano y Robinsoniano al cambio de estructuras, partiendo desde las bases hasta que vaya alcanzando niveles más importantes dentro del complejo entramado gubernamental que tenemos, debemos fortalecer la creación del Parlamento Comunal, pero con la participación directa de los sujetos sociales en pleno, no dejándonos secuestrar ese derecho bajo la figura de los “Delegados” que la misma estructura neocolonial burguesa nos impone para seguir teniendo el control de la participación.

Debemos sumar voluntades, buscarnos, encontrarnos, conocernos, escucharnos, eso sí, con propuestas concretas y dirigidas a fortalecer los cambios necesarios para impulsar el avance hacia el socialismo Bolivariano hasta el verdadero punto del “No Retorno”, no el que se decreta de manera romántica desde algunas instancias de poder, sino el no retorno en lo concreto. En eso andamos.

Como cantó Alí Primera: 

“¿Con una pequeña llama yo puedo hacer un gran fuego?, Seguro puedes hacerlo pero antes junta la leña, tienes que juntar la leña!”

Alí Primera – Solo Para Adultos.

#LaVozDeGuaicaipuro