Henys Peña (22/06/2021)
Los tres controles para la vacuna
Hacía unos días me habían informado que debía enviar un mensaje con mi número de cédula a ese número de teléfono, la respuesta al primer mensaje no sé hizo esperar "Actualmente no tienes agendada una cita para colocarte la vacuna. Hemos registrado tu solicitud para una proxima convocatoria. (Respuesta para VXXX)", igual respuesta recibí en la segunda, tercera y cuarta oportunidad en que envié el respectivo mensaje, en igual número de días.
Tenía entonces cuatro días enviando mi mensaje, pero llegó el fin de semana, así que dejé descansar al sistema de citas, que seguramente es toda una parafernalia tecnológica automatizada, con algún algoritmo diseñado para nuestra realidad. o por lo menos eso prefiero pensar.
El sábado no escribí, menos el domingo, por cierto respeto a la burocracia electrónica, o por que andaba mas pendiente de otras cosas. Así que este regalo del día del padre debo admitir que no me lo esperaba. En la proximidad de los 55 años, luego de mas de un año de medidas de bioseguridad y habiendo visto partir a tantos amigos y amigas, compañeros de lucha, camaradas del partido, me había entrado cierto deseo de recibir la vacuna.
Un par de semanas antes me había registrado en el portal en Internet del Ministerio del Poder Popular para la Salud, allí se puede comprobar el resultado de las pruebas Covid-19, así como acceder al Boletín Nacional con datos y estadísticas detalladas del Covid-19 en Venezuela. También se puede registrar cualquier ciudadano para agregar información relevante sobre su estado salud.
Esta plataforma se encuentra enlazada con la de "Patria" o del Carnet de la Patria, las estadísticas son actualizadas diariamente. Pensar que ese número de 2.973 fallecidos al 22 de junio del 2021, al tiempo que exhibe un logro del pueblo y gobierno de Venezuela, en una comparación odiosa con nuestros vecinos, significa también el luto que guardan hoy padres, madres, hermanos, hijos, parejas, amigos a lo largo y ancho del país.
Casiopea
Ante la respuesta negativa a mi mensaje, se dibujaba en la memoria el recuerdo de un tema de Silvio Rodríguez, Casiopea:
"Hoy llevo el doble dando coordenadas
Pero nadie contesta mi llamada
¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?"
La frialdad de una respuesta automatizada no daba el consuelo que sí permite mirar con desdén a algún funcionario público, incluso el soltarle un par de comentarios caribeños, para retribuir la molestia que con una constancia envidiable generan los trámites ante instituciones del estado, pero también de sector privado.
El lunes tempranito
El mensaje indicaba "Para colocar vacuna debes asistir al CAMARA MUNICIPAL DE LOS TEQUES el dia 21/06/2021 (Para VXXX)", así que el lunes a las ocho de la mañana estaba en la Cámara Municipal, un miliciano en la puerta, luego de una breve espera, revisaba las cédulas de identidad comparándolas con los mensajes que cada quien tenía en su teléfono.
Al entrar estaban dispuestas las sillas, ligeramente separadas una de otra, y a los pocos minutos se inició nuestro juego de la silla, solo que sin música, y sin quitar sillas del lote, fuimos pasando de silla en silla, en perfecto orden, acercándonos cada vez mas al pequeño cubículo armado con tela estéril o quirúrgica, en ese azul que recuerda a los trajes de médicos y enfermeras, ese azul que salió del recinto hospitalario con la aparición del Covid-19.
En nuestro municipio (Guaicaipuro), la cámara municipal es en realidad un salón grande en la planta baja del edificio que alberga en sus cuatro pisos, tanto a la Alcaldía (poder ejecutivo local) como a los concejales (poder legislativo local), en una antigua riña sobre su legítimo propietario, que ambos reclaman ser por igual, la tregua ha consistido en una convivencia bajo el mismo techo, con separación de bienes.
Así que la espera permitió ver desde las sillas el ajetreo propio de este tipo de institución. Especial fuente de información a la que dediqué un disimulado oído, resultó una funcionaria, que con firme ternura y paciente autoridad, le explicaba a un señor que llevaba en sillas de ruedas a su hijo adolescente discapacitado, que no podía usar a este para pedir en la calle, que ya la policía municipal estaba informada y debía impedirlo, que el problema que presentaba con su vivienda adjudicada por la Misión Vivienda debía tramitarlo en Caracas, primero porque esa vivienda estaba ubicada en el Municipio Libertador (Caracas), como porque la complejidad del asunto así lo requería.
Un intento de generar un escándalo por el adolescente fue rápidamente sofocado por la funcionaria, con palabras breves, firmes y cortantes. Aun así continuó por unos veinte minutos explicando, repitiendo, y disculpándose por no poder ayudarle con alimentos en ese momento, le pidió sí que esperara un poco, que como lo habían hecho antes, lo harían próximamente.
Ese suceso, ocupo suficiente tiempo para que la espera resultara imperceptible, y llegar a mi cita con la jeringa resultara aún una sorpresa, libre de humo, sol o cualquier otra incomodidad, precedida de un cafecito cortesía de la casa.
Magnetismo.
Ya el lunes en la noche, aparecieron pequeños síntomas de gripe, algo de dolor de cabeza y calor, nada de esto impidió seguir las conversaciones de la precampaña que se ha iniciado en la ruta electoral de este año. En noviembre se renovaran los gobiernos regionales y locales, tanto ejecutivo como legislativo, así que pululan aspirantes, secretismos y rumores.
Pero, nosotros un poco mundanos y locos nos vimos tentados a comprobar el supuesto magnetismo que ocasiona la vacuna, o mejor dicho, ante la rara explicación sobre la implantación de nanobots o algún tipo de chip que explica ese magnetismo. Realizamos las comprobaciones correspondientes con cubiertos, monedas y otros objetos de metal, pero lamentablemente no hubo reacción magnética alguna.
Como me tocó la vacuna China, Vero Cell, los panas no pudieron dejar de hacer los comentarios correspondientes "preocúpate si empiezas a hablar chino" o "tranquilo, espera que en la siguiente dosis le ponen saldo al chip".
Así que el 12 de julio iré por la recarga, por lo menos eso dice el cartoncito en el que consta que recibí la primera dosis ¿Se imaginan que en efecto reciba una llamada del Camarada Xi Jinping?.
Adiós al Cocuy!
Lo que sí resultó una emboscada del destino, fue que me tocara la vacuna a menos de un mes de mi cumpleaños, pues el pinchazo de la inyectadora vino acompañado de las palabras de precaución, casi adivinatorias de la enfermera "nada de licor por tres semanas" tampoco después de la segunda dosis, por lo que ya será agosto cuando pueda romper esta abstinencia impuesta por indicación médica.
No sabe esa señora la condena que dictaba, con esa voz que solo las enfermeras tienen, que uno no sabe si te regañan o acarician, sí, esa voz, que escuché mientras se disipaba el dolor físico y se apoderaba de mi un dolor espiritual, espirituoso, álmico, tanta sobriedad es un exceso, y todo exceso es nocivo, salvo el Cocuy ancestral, colectivo, mágico, chamánico, con el no puede haber exceso.
Nosotros venceremos
La vacunación avanza, lentamente, pero avanza, la propagación se ha controlado, aunque cada muerte no es una estadística, sino un dolor profundo. El método que alterna semana a semana la flexibilidad con medidas radicales, aunque ya se desdibujan las diferencias, ha tenido un resultado positivo. Quienes jugaron a ponernos de rodilla han hecho un gran daño, pero seguimos de pie, la mejor muestra de ello es que su odio no ha sido retribuido en iguales términos, por el contrario, nos vacunamos también contra el odio, nos vacunamos con alegría.
Hace unos meses en una conversación muy breve con Francisco Garcés, le citaba palabras del comandante Chávez "Debemos escuchar más allá del silencio, ver, mar allá de la oscuridad", él por su parte no dudó en responder y reflexionar "no tenemos derecho de rendirnos, como no lo hicimos hace 200 años, entonces la tuvieron mucho más difícil y no lo hicieron ¿Quién puede pensar entonces que nosotros podemos hacerlo?".
"Mañana sereis invictos en Carabobo" clamó el padre libertador ante sus tropas, como preludio a la Batalla en la que nació Venezuela, doscientos años después, allí siguen las bandera de los humildes luchando, pendiente aun por completar la tarea de la total y completa independencia, pero sin haber dado un paso atrás.
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