Henys Peña (11/03/2020)
La historia de las cosas o la
ruta destructiva del modelo de producción capitalista como fórmula de aniquilación de la vida en el planeta. Esta producción audiovisual de Annie Leonard, con una
duración de veintiún minutos, difundida en 2009, desnuda la lógica suicida vinculada
a la mercancía.
Reflexiona a fondo Leonard sobre las
cosas que nos rodean ¿De dónde vienen las cosas que compramos? ¿Adónde van a
parar cuando las tiramos? ¿Cuáles son los costos “externalizados”?. La autora,
creadora del video, originalmente de nombre “The Story of Stuff”, visto por millones
de personas en el mundo, rastrea el recorrido de las cosas que usamos todos los
días: de dónde viene nuestra ropa, computadoras, teléfonos, portátiles y latas
de aluminio; cómo se producen, distribuyen, consumen y adónde van a parar al
ser descartadas.
Con una línea argumentativa sólida, su investigación en lugares e instituciones de variados países le permiten
exponer este análisis preciso con la historia de las mercancías. Con sus revelaciones
sobre economía, medio ambiente y cultura de consumo, Leonard demuestra que el
impulso de mantener una economía «que crezca a toda costa» acelera un ciclo vicioso
de; producción, consumo y desecho que supera la capacidad del planeta y conduce
a su destrucción.
Sin sujetarse al pesimismo estadístico,
Leonard demuestra que es posible revertir este rumbo, a partir de una
perspectiva que privilegia la equidad social, apela a modificar el
funcionamiento del sistema, con compromisos con: la participación ciudadana y las
acciones de gobierno. Se pregunta: «¿Cómo podríamos darnos por vencidos si
sabemos que es absolutamente factible satisfacer nuestras necesidades
energéticas mediante la conservación y los recursos renovables, fabricar
nuestras cosas sin emplear sustancias tóxicas ni generar desechos, y reemplazar
la cultura de consumismo por una cultura comunitaria y plena de compromiso
cívico?".
Es menester que las comunidades conozcan, discutan y tomen posición ante un modelo que tiene en su “lógica” tal
perversidad, que genera daños irreparables y opulencia grotesca; en la que los costos reales
de la mercancía no se reflejan en la contabilidad ni la economía, son ”externalizados”
hacia la biosfera, el medio ambiente y las comunidades, al tiempo que la
ganancia es “internalizada” de manera concentrada, en pequeños grupos de poder
económico, que a su vez copan los espacios de gobierno, para asegurar la
protección de sus fortunas.
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