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¿DE DÓNDE VIENEN LAS REBELIONES FRUCTUS?


Quiero perderme por falta de caminos. Siento el ansia de perderme definitivamente, no ya en el mundo ni en la moral, sino en la vida y por obra de la vida. Odio las calles y los senderos que no permiten perderse. La ciudad y el campo son así. No es posible en ella la perdida que no la perdición, de un espíritu. En el campo y en la cuidad, se está demasiado asistido de rutas, flechas y señales para poder perderse. Uno está allí indefectiblemente situado. Al revés de lo que le ocurrió a Wilde, la mañana que iba a morir en París, a mí me ocurre en la cuidad amanecer siempre rodeado de todo, del peine, de la pastilla de jabón, de todo. Amanezco en el mundo y con el mundo, en mí mismo y conmigo mismo. Llamo e inevitablemente me contestan y se oye mi llamada. Salgo a la calle y hay calle. Me hecho a pensar y hay pensamiento. Esto es desesperante.

César Vallejo
Poeta peruano

Durante el año 2017, cuando se acentuaban las amenazas del gobierno del estadounidense Donald Trump contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro Moros y su pueblo, el analista francés Thierry Messian concedió una entrevista donde puso especial énfasis en la realidad venezolana y reveló que la táctica de los Estados Unidos para apoderarse de los recursos energéticos y naturales del planeta era destruir completamente los países intervenidos a través de ejércitos mercenarios, cipayaje interno, torceduras jurídicas, guerras no convencionales y otras tácticas de intimidación y chantaje. Este plan se ha venido cumpliendo al pie de la letra. Recordábamos este testimonio, mirando a través de las redes la represión desatada por las policías de Colombia en contra de los marchistas durante el llamado Paro Nacional y allí veíamos a una joven de nombre Daneidy Barrera a quien apodan Epa Colombia, cumpliendo labores de destrucción de infraestructuras menores mientras se hacía filmar con cámaras para promocionar esta acción. Su discurso es un llamado a destruir a Colombia en nombre de la lucha contra el gobierno. ¿A quién sirve esta destructividad en medio de un llamado a exigir la salida de Iván Duque? ¿Cuántas iniciativas como ésta se están sucediendo en cada rincón de los países del Abya Yala, incitando a una rebelión que no parece tener fortaleza estratégica en las organizaciones sociales y el movimiento popular?

Al observar la trágica coyuntura que muestra nuestro Abya Yala, queda la sensación de que las sociedades están siendo instigadas por fuerzas ocultas, bien planificadas, con la finalidad de provocar a organizaciones y movimientos a lanzarse a la calle mostrando elaboraciones teóricas difusas y narrativas políticas carentes de proximidad a proyectos emancipatorios que rebasen la expectativa de quitar a un Presidente. Muestra de esta posible estratagema la constituye el hecho de que sean grupos estudiantiles (en edad juvenil) la cara inicial, visible y agredida por la represión brutal de los cuerpos policiales y militares. No parece casual que en Ecuador, Chile y Colombia hayan surgido paulatina y seguidamente oleadas de personas a la calle pidiendo la deposición del Primer Mandatario. Aunque da la sensación de que se trata de una ofensiva de los movimientos sociales en contra de las políticas neoliberales de los gobiernos de derecha, la coincidencia en el discurso manipulador de los Presidentes acosados (con sus matices), el silencio de la OEA, la ONU y el gobierno de los Estados Unidos como si fuesen los dioses de una novela homérica, la acción de la gente en la calle que se enfrenta a una represión desmedida, arbitraria y brutal que parece servir para propagar el terror en las redes y demás medios, nos asoma a la intuición la sombra de una gran manipulación de los agentes del imperio. Quiere decir que en vez de llamar a la movilización a quienes están a la expectativa, el resultado de estos enfrentamientos pudiera ser la paralización y el miedo para espantar la participación política.

La otra demostración de la posible mano peluda de los agentes imperiales metida en estos sucesos es la tenaza mediática que significa estas rebeliones aparentemente autónomas, desde lo sucedido a la hermana Bolivia. Mientras las calles se inundan de manifestantes en tres países, hace un par de semanas el presidente Evo Morales, su gobierno y el pueblo organizado que lo apoya fue atacado por una pandilla de oligarcas, cipayos, fuerzas policiales y militares hasta deponerlo con violencia. Surgen un puñado de preguntas: ¿Por qué el flujo de estos levantamientos en Ecuador, Chile y Colombia antecedieron a las elecciones en Bolivia? ¿La calle encendida de manifestantes acaso no es una instigada cortina sangrienta para manipular y naturalizar la masacre que se comete en Bolivia mientras imponen a un gobierno de facto tras un Golpe de Estado? ¿Por qué las manifestaciones de rechazo al monigote instalado en Bolivia y las ocurridas en los tres países referidos se parecen tanto, en la película que se exhibe en las redes? ¿Por qué lo que está sucediendo en la hermana Haití queda en el subsuelo informativo? ¿Cómo no pensar que los agentes del imperio han calculado la temperatura explosiva de los grupos sociales organizados para lanzar la flama instigadora y provocar un desbordamiento social controlado por la represión y el discurso manipulado de los grupos oligarcas? ¿Cómo no pensar que estos desbordes sin proyectos emancipatorios claros tienen el objetivo de masacrar a los militantes de grupos y gente espontánea con el fin de producir terror y frustración en las luchas democráticas y organizadas?

En este instante, ya ocupan sitio en twitter y otras cadenas en red, fotografías y películas de jóvenes masacrados en las manifestaciones de estos pueblos hermanos. La impresión causada en la subjetividad de quienes observan estas imágenes es impredecible, ya que puede ir del asombro aborrecible hasta el terror desmedido, sin embargo, no creemos que estas exposiciones perjudiquen del todo a los agresores ni a las fuerzas instigadoras. Servir de propaganda terrorista para cohibir la participación social a lo interno y lesionar a lo externo la posibilidad de una participación unitaria, popular, democrática, dialógica, en paz entre nuestros pueblos, son dos de los objetivos de esta instigación que termina en una brutal represión. Esta oculta instigación está ofreciendo al mundo una imagen trágica, terrorista, violenta, violatoria de todo derecho de cualquier iniciativa de participación política pública. La impresión que queda luego de observar estos hechos es la anomia política: una inhibición ciudadana de participar por temor a recibir represalias por parte del Estado, sobre todo porque en ninguna de estas sociedades hay perspectivas reales de que los presidentes cuestionados sean depuestos por esta vía: la tendencia es a la consolidación como lo demuestra el caso de Ecuador donde Moreno se ha entronizado; ya está pasando en Chile donde se retorna a épocas fascistas del general Pinochet que favorecen a un Piñera en guerra santa contra el pueblo; pasa en Colombia con el extraño sainete entre Duque y Uribe como preámbulo a las movilizaciones enfrentadas con arbitrariedad y muerte como ya es tradicional en esa sociedad. Uno de los objetivos supremos de esta escalada hegemónica en contra de nuestros pueblos es caotizarlos para luego reprimir e implantar la destrucción mientras se culpa a las víctimas. Aunque no creemos que la participación del movimiento popular en las manifestaciones sea totalmente ciega, ya que se aprecia lo reivindicativo, las demandas gremiales, la proclama indígena, sin embargo, la invisibilidad de discursos coherentes incluidos en una estrategia política de largo aliento nos dan la sospecha de un peligroso inmediatismo.

En Bolivia ha ocurrido un grave traspié no desvinculado de todo el contexto. Se despliega desde allí la deseada política imperial de inestabilidad social muy favorable a la consolidación del gobierno de facto y a las políticas represivas contra la resistencia popular, las disidencias, la masacre contra el pueblo y la destrucción de la obra de gobierno del Presidente Evo Morales y del país. Es imprescindible recordar el inmenso reservorio de agua que tiene la nación de la Whipala que ahora caerá en manos de las transnacionales. Es el producto de todo un plan bien orquestado que ha nacido de la base hegemónica de los grupos oligarcas enquistados en el Continente, con la anuencia de las organizaciones regionales y mundiales que siempre han respondido a sus intereses. Para quienes transitan los caminos de la emancipación es importante analizar estas realidades porque quizás tengamos frente a nuestros anhelos, una versión más elaborada de lo que fue el Plan Cóndor, ejecutado en la década de los años 70 del siglo XX con la intervención de los gobiernos de EEUU, que dejó en la hermana Argentina 30.000 personas desaparecidas y afectó a los pueblos de Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil. No es de extrañar que se esté llevando a cabo un teatro geopolítico donde estamos siendo llevados a un escenario de confrontaciones internas desarticuladas del interés libertario de los pueblos, que sólo favorecen a evidentes intereses hegemónicos del imperialismo.

En Venezuela, muy a pesar del constante bloqueo económico, se experimenta un diálogo entre el gobierno y factores de la llamada oposición de tendencia democrática. El monigote impuesto por Washington como presidente autoproclamado hoy desanda con una irremediable imagen de desprestigio, robos y embarques que redunda en la frustración y desmovilización de la gente que una vez lo apoyó. El tipo está entrampado en una cadena de desatinos creciente. Aunque la función para la que fue contratado por la Casa Blanca y sus cipayos de desprestigiar la participación política sigue en pie. Frente a los sucesos del Abya Yala, el pueblo venezolano se muestra consciente, porque precisamente en los países que fueron abanderados del llamado “éxodo o exilio” de venezolanos, se encuentran ahora en la ergástula de esta extraña crisis. Ya el paraíso chileno y la pancita colombiana pasaron de la quimera al inconveniente. Derrotada la escalada de violencia mercenaria de los años 2017 y 2018 (que hoy sufre la hermana Nicaragua), la Venezuela organizada echa raíces en sus proyectos sociales, políticos, culturales y económicos, acompañados y apoyados por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros. Nadie en la patria de Bolívar quiere el retorno de la violencia y mucho menos la que hoy se manifiesta en las calles de pueblos hermanos.    

Se impone la unidad cultural y política de los pueblos de nuestro Abya Yala y el fortalecimiento de las tendencias emancipatorias, libertarias y revolucionarias con igual aliento unitario. Estas rebeliones “Fructus” de sobresito y agua, alentadoras de una efervescente arrechera que agota los sabores a victorias, está sirviendo al enemigo en su plan macabro para desmovilizar las estrategias, aunque puede servir a las organizaciones del pueblo para reflexionar las políticas que se dimensionan en la coyuntura, analizar los proyectos unitarios del porvenir y enraizar las unidades imprescindibles para fortalecer la conciencia política del pueblo que se activa en el Abya Yala. Recordemos que el imperio que nos está observando y manipulando desde la maqueta de su mesa de planificación se está derrumbando a pedazos. Este desespero por desordenarnos en un péligroso Roll Back (salto atrás) no es más que la agonía de su tránsito civilizatorio. Vienen con fascismo y esclavismo los cerebros del imperio, pero en el corazón de los pueblos se radicaliza la inquebrantable voluntad de luchar, resistir y vencer.

Funte: http://laguaridadeldruida.blogspot.com/2019/11/de-donde-vienen-las-rebeliones-fructus.html


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