EL LIBRO DE ARENA, UNA INVITACIÓN A DIBUJAR
Por: Rúkleman Soto Sánchez
“La línea consta de un número infinito de puntos;
el plano, de un número infinito de líneas; el volumen,
de un número infinito de planos; el hipervolúmen,
de un número infinito de volúmenes…
No, decididamente no es éste, more geométrico,
el mejor modo de iniciar mi relato”
Jorge Luis Borges
EL LIBRO DE ARENA
el plano, de un número infinito de líneas; el volumen,
de un número infinito de planos; el hipervolúmen,
de un número infinito de volúmenes…
No, decididamente no es éste, more geométrico,
el mejor modo de iniciar mi relato”
Jorge Luis Borges
EL LIBRO DE ARENA
El dibujo no es solo la base constitutiva y generalmente encubierta de las artes plásticas. Se trata de algo que va mucho más allá al superar la simple función complementaria puesta al servicio de la pintura, la escultura, la arquitectura u otras manifestaciones visuales y aplicadas. Ésta noción utilitarista a la que ha sido reducido el dibujo artístico aún hoy, paradójicamente impide distinguir su ilimitada riqueza.
Basado en las ideas de Maurice Merleau Ponty, el artista plástico y filósofo Absalón Avellaneda expone que:
“por ser la práctica del dibujo una actividad en la que se encuentran simultáneamente, como en una encrucijada, TODOS LOS ASPECTOS DEL SER un dibujo compuesto en un momento histórico señalado, condensa en el breve espacio de la composición, toda la historia del universo y la resonancia de sus creaciones se extiende HASTA EL FONDO MISMO DEL PORVENIR”.
Como acto de inacabada libertad creadora el dibujo es por lo tanto “motivo o pretexto para la expresión de lo visual”, sostiene Avellaneda. En consecuencia se trata de una forma de encuentro con la totalidad del SER que trasciende las meras nociones de imitación y representación de la naturaleza.
Esta visión permite cuestionar la concepción cartesiana que explica el dibujo como extrapolación bidimensional de lo “real" en tanto que patrón a reproducir. De igual modo sortea otra tradición racionalista que trata de encorsetar dentro de cánones ideales preestablecidos las formas y dimensiones de todo aquello susceptible de ser implicado en el trazo lanzado por la mano ágil del artista con gesto abarcador.
De allí la idea de realizar un taller que he llamado EL LIBRO DE ARENA. Es una propuesta exploratoria y formativa para incitar el descubrimiento de formas de expresión creadora a través de la aplicación reflexiva de los recursos del dibujo, buscando generar así un proceso de valoración del entorno en cuanto ámbito sensible, el disfrute crítico del dibujo contemporáneo y, sobre todo, la meditación grupal sobre el propio proceso de aprendizaje técnico y creativo del oficio (ars) de dibujar.
Borges sintió que el libro infinito de su relato era monstruoso, “un objeto de pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompía la realidad”. El dibujo no necesita envilecer la realidad, apenas si acaso, retarla, a partir de un número infinito de puntos…
Basado en las ideas de Maurice Merleau Ponty, el artista plástico y filósofo Absalón Avellaneda expone que:
“por ser la práctica del dibujo una actividad en la que se encuentran simultáneamente, como en una encrucijada, TODOS LOS ASPECTOS DEL SER un dibujo compuesto en un momento histórico señalado, condensa en el breve espacio de la composición, toda la historia del universo y la resonancia de sus creaciones se extiende HASTA EL FONDO MISMO DEL PORVENIR”.
Como acto de inacabada libertad creadora el dibujo es por lo tanto “motivo o pretexto para la expresión de lo visual”, sostiene Avellaneda. En consecuencia se trata de una forma de encuentro con la totalidad del SER que trasciende las meras nociones de imitación y representación de la naturaleza.
Esta visión permite cuestionar la concepción cartesiana que explica el dibujo como extrapolación bidimensional de lo “real" en tanto que patrón a reproducir. De igual modo sortea otra tradición racionalista que trata de encorsetar dentro de cánones ideales preestablecidos las formas y dimensiones de todo aquello susceptible de ser implicado en el trazo lanzado por la mano ágil del artista con gesto abarcador.
De allí la idea de realizar un taller que he llamado EL LIBRO DE ARENA. Es una propuesta exploratoria y formativa para incitar el descubrimiento de formas de expresión creadora a través de la aplicación reflexiva de los recursos del dibujo, buscando generar así un proceso de valoración del entorno en cuanto ámbito sensible, el disfrute crítico del dibujo contemporáneo y, sobre todo, la meditación grupal sobre el propio proceso de aprendizaje técnico y creativo del oficio (ars) de dibujar.
Borges sintió que el libro infinito de su relato era monstruoso, “un objeto de pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompía la realidad”. El dibujo no necesita envilecer la realidad, apenas si acaso, retarla, a partir de un número infinito de puntos…
Próximamente en EL GUATEQUE
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