Por: Rafael Marrero (15/06/2019)
En medio de una actividad formativa-académica realizada en la Universidad Bolivariana de Venezuela , Casa de Los Saberes, núcleo Los Teques, realizada el día de ayer, tuve la oportunidad de intercambiar palabras y opiniones con una persona que cursa estudios en esa universidad, quien me planteó la inquietud de realizar un programa de radio en La Voz de Guaicaipuro donde se abordará el tema de la xenofobia.
La dama en cuestión me expuso como argumento para la solicitud del programa, una serie de vivencias y experiencias personales, familiares, incluso, colectivas que le tocó vivir en la República de Colombia, a propósito de haber viajado al vecino país (porque desde hace mucho y de manera unilateral por parte de su gobierno dejó de ser el “hermano” país) por un problema de salud. Inevitable recordar los inicios de la “Diáspora Venezolana”, como es conocido el fenómeno social inducido de la migración de ciudadanos venezolanos hacia distintos países del mundo, planteado como la salida a una “Crisis”, también inducida, estructurada y mantenida por la derecha venezolana y apoyada y patrocinada por las empresas comunicacionales pro-imperialistas que operan el espectro radioeléctrico en nuestro país.
Existe un documental titulado “Caracas, ciudad de despedidas” https://www.youtube.com/watch?v=XF2GAAi_WV0 en el cual se refleja la vaciedad y la tergiversación de la realidad a que han sido sometidos en primer lugar nuestros jóvenes, seguido del resto de ciudadanos categorizados socialmente por su estatus socioeconómico, víctimas del bombardeo mediático, del allanamiento del intelecto y de la espiritualidad que compone nuestra idiosincrasia, como uno de los mecanismos de acción y reforzamiento de las brutales sanciones económicas impuesta por el gobierno de los Estados Unidos y del imperialismo internacional contra el pueblo venezolano. Son muchos los que han comprado una irrealidad de lata a precio de fortuna, vendieron el alma a la mentira, a la vaga ilusión de un destino incierto cargado de bienestar económico ilusorio, dejando a un lado lo que en realidad importa a las personas para ser felices, abandonaron a su familia, sus amigos, sus empleos, estudios, proyectos de vida, bienes materiales y espirituales para ir a otros países a esclavizarse de una manera brutal, donde la mayor opresión de la cual son víctimas es la del pensamiento, viven para el arriendo, el trabajo forzado, la humillación, el abuso, la deshonra, las lágrimas y la soledad.
Quienes tenemos familiares, amigos y seres queridos fuera de nuestra patria, sabemos que siempre nos dicen que les va muy bien en los sitios en que se encuentran, pero siempre surge la duda: ¿Será así?
La xenofobia es la mayor muestra de las deficiencias y carencias que reflejan el nivel de dominación al que están sometidas las sociedades a nivel mundial, mientras en Venezuela engañan a muchos venezolanos con su bombardeo mediático haciendo ver que el responsable de la crisis inducida es el gobierno nacional y que la única salida existente es la de migrar a otro país, en esos potenciales sitios de destino de nuestros connacionales, bombardean los mismos grupos ejemónicos comunicacionales pro-imperialistas a los ciudadanos en contra de los venezolanos, trayendo como consecuencia la xenofobia, que no es otra cosa que manifestar el rechazo hacia personas extranjeras, sea por motivos infundados o no.
La categorización de “Extranjero” a cualquier persona migrante proveniente de otro país nos conduce ineludiblemente a caer en el hecho cierto de practicar de alguna manera la xenofobia, debido a que estamos bajo un esquema de dominación que nos mantiene atados a patrones de conducta contrarias a nuestras creencias, donde a nivel social todavía creemos en el antiguo discurso de la existencia de los valores y los “Antivalores”, cuando inequívocamente es un asunto de perspectivas de la realidad mas no de la contraposición de intereses de una persona o grupo de personas sobre el criterio o la percepción de los demás. No me llames extranjero!
“No, no me llames extranjero, traemos el mismo grito, el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras, antes que vinieran ellos, los que dividen y matan, los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños, ellos son los que inventaron esa palabra, “extranjero”.
Facundo Cabral.
#LaVozDeGuaicaipuro
#EnciendeTuVoz