6 de enero de 2019
Llegó el dos mil diecinueve
año de mucha esperanza,
y de no esperar si llueve
para empezar la labranza.
Año de fe en el futuro
y avance sin pesimismo,
de no esperar por Maduro
sino valerse asimismo.
Tiempo de luchar con todo
sin agachar la cerviz,
de bregar codo con codo
por nuestro amado país.
Con el paso redoblado
Ir al frente, ¡siempre avante!
haciendo honor al legado
que nos dejó el Comandante.
Rezarle mucho a natura
y a nuestro amado Jesús,
y beber del agua pura
de su divino arcaduz.
Batallar con gran denuedo
contra todo lo que impele,
colocando siempre el dedo
donde al imperio le duele.
No cejar un solo instante
por la Patria en construcción,
y ser el mejor garante
de la paz de la nación.
Batallar de todos modos
contra la infame injerencia,
para forjar entre todos
¡La Venezuela Potencia!
A Duque, nuestro vecino,
-nunca jamás nuestro hermano-,
tratarlo como marrano
o mejor dicho cochino.
Por su enorme desparpajo
a ese grupo que da grima,
por no tener autoestima
mandarlos para ¡el carajo!
Que no se llamen a engaño
santurrones ni blasfemos,
porque aquí todos tenemos
las bolas de ¡este tamaño!
Somos hijos de Simón,
de José Antonio y Francisco,
y a palo, piedra y mordisco
honraremos la nación.
No creemos en imperio
de este ni de otro lado,
pues de mucho equivocado
está lleno el cementerio
Y no somos bravucones
ni pedimos misereres,
es que aquí hasta las mujeres
llevan bien los pantalones
Y como la maldad se trunca
¡dejen quieto al que está quieto!
no nos falten el respeto
¡ahora, jamás ni nunca!
Por eso al mundo asevero,
o mejor dicho, ¡Aseguro!
que ¡sí! tomará Maduro
Posesión el diez de Enero!
Rafael Ramos Nápoles