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Causas, Azares y Reflexiones

Las líneas en el Konuko XVII

Por: Rafael Marrero (27/10/2018)

 En medio de esta tribulación política tan feroz en contra de nuestra patria, no es tarea sencilla reflexionar sobre las cosas que cotidianamente hacemos en nuestro activar a nivel social, tanto en lo abstracto como en lo concreto. Todos somos sujetos sociales, algunos activos, otros pasivos, pero en fin, somos sujetos sociales que de una u otra forma hacemos política, en el entendido que la política es caracterizada de la misma manera que la cultura: “Todo lo que el hombre hace es cultural”, en este sentido me atrevo a afirmar que “Todas nuestras acciones en la sociedad, incluyendo la cultura, es política.”

La dinámica social y política que vivimos en la actualidad ha sobrepasado la forma de ver la relación que existe regularmente en cualquier sociedad que se jacte de ser democrática, ese orden social que es establecido a través de las leyes e impuesto por los gobiernos mediante mecanismos de coacción o coerción según sea el caso.

Nos ha tocado la suerte en este momento histórico de tener que parir la patria, refundarla, defendernos de los vende patria, lacayos serviles y cortesanas del imperialismo a través de las empresas transnacionales, traidores que hasta hace muy poco tiempo comían del mismo plato con el Presidente Hugo Chávez y hoy andan por el mundo tratando de lavar sus culpas, como si quién los va a juzgar está en otras tierras, obviando que lo hace el pueblo venezolano a través de su conciencia, tarde o temprano caerán junto a sus amos imperiales, no vale la pena nombrarlos aquí, ya que se haría muy extensa la lista y es de muy mal gusto distraer la idea central de este artículo en ello, igual ya saben a quienes me refiero, amén de los que abandonan la patria buscando mejoras impulsados por modismos y procesos de alienación muy bien trabajados por los laboratorios de guerra sicológica del imperialismo y que no supimos detectar ni detener a tiempo, incluso, aún no hemos logrado hacer nada al respecto. Lo digo por experiencia propia.

No es menos cierto que también nos ha correspondido activarnos en buscar mecanismos que nos permitan defendernos de la arremetida económica a lo interno del país, especulación, tráfico y extracción de artículos de primera necesidad como alimentos, medicinas, combustible entre otros, a países vecinos, acaparamiento, etcétera, mientras se crean Ministerios y ministeritos seguimos padeciendo de esta arremetida que irremediablemente va socavando las esperanzas que se han centrado no en Nicolás Maduro, sino en un nuevo orden político revolucionario por el cual muchos han entregado su vida en todo lo largo y ancho de nuestra historia política.

¿Es muy difícil darse cuenta de las molestias generalizadas que expresa la población que no necesariamente puede calificarse de escuálida o de oposición? ¿Por qué no han tenido el efecto deseado las políticas y acciones implementadas por el gobierno en sus tres niveles, nacional, estadal y municipal si han contado con el apoyo del Poder Popular?

Mientras sigamos por ejemplo con un Ministro con competencias claves en el gobierno central hablando de “Burguesía Revolucionaria” mientras no impulsa el desarrollo y producción agrícola y pecuaria, importamos lentejas de Méjico y no tenemos capacidad de producir ni caraotas para abastecer la demanda nacional vamos a seguir jodidos.

Es inaceptable que tengamos en las unidades privadas del servicio de transporte público niños y adolescentes fungiendo como “Colectores” (como si el pago obligatorio de ese servicio se pudiera comparar con una cosecha) con actitudes claramente delincuenciales y que van en detrimento del respeto hacia los demás, en especial hacia los adultos mayores, ante la vista indolente de las autoridades Municipales del Consejo de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, Defensa Pública, Tribunales de Protección en materia de Niños, Niñas y Adolescentes, órganos policiales y cuanto rancho burocrático se haya creado para seguir llenando de esperanzas perecederas en el más corto plazo a la población.

La desidia está generando un fenómeno importante relacionado a los procesos de organización en sus distintas manifestaciones y desvinculados casi en su totalidad de las instancias de gobierno correspondientes, son como corrientes revolucionarias a favor del proceso que buscan y de alguna manera han logrado rebasar la capacidad de respuesta en lo operativo organizacional a las instituciones públicas. Debemos unificar criterios y apostar a la instauración del Estado Comunal, no tutelado por el gobierno nacional, regional ni local, que goce de superioridad jurídica y que logre la subordinación de los demás poderes a él ya que sería allí donde se manifestaría el Poder Popular Originario y la instauración de una República Socialista en términos reales. Estamos en un momento político interesante y en mi criterio propicio para someter a consideración una propuesta de este tipo ante la Asamblea Nacional Constituyente. 


“Tratar y seguir tratando, de que esto no siga igual”
Grupo “Ahora” – A Juan.