Por: Rafel Marrero
28/02/2021
En esta tarde de reflexión, al conmemorarse 32 años del estallido social provocado por las políticas económicas implementadas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez (27 y 28 de Febrero de 1989), en medio de condiciones sociales y económicas notablemente distintas, en medio de la paz que deja el desespero, me encuentro en casa, escuchando música en medio de tantos recuerdos y vivencias. Hoy rememoro aquellos años de escases, de desempleo, de aumento del costo de los servicios públicos de una manera desmedida, de privatizaciones de las empresas del Estado venezolano, de los niveles de delincuencia desbordados, de la corrupción y del peculado avalado por los funcionarios gubernamentales de entonces, de la matraca, de la devaluación monetaria, de las persecuciones políticas, de las desapariciones y judicializaciones de quienes se pronunciaban en contra de ese sistema (y vaya que son casi incontables), del asesinato impune de estudiantes por exigir sus derechos (a la educación universitaria y al pasaje preferencial estudiantil, entre otros), de la censura mediática, de la descalificación del pueblo venezolano y de sus voceros legítimos, en fin, rememoro a la Cuarta República con un desprecio absoluto a todas sus prácticas de desolación, humillación, desamparo, y perjuicio en contra de la clase campesina y la clase obrera venezolana.
En medio de mi reflexión en una tarde melómana de las que suelo tener, escucho una canción inédita de Silvio Rodríguez (cantautor cubano) titulada “Hay un grupo que dice”, y es allí donde mi reflexión vespertina se convierte en análisis comparativo de la realidad con esos años cuartorepublicanos. Si bien es cierto que Venezuela dejó de ser una súbdita del capital foráneo después de su refundación como República Bolivariana de Venezuela gracias al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, muy especialmente desde el año 2005 cuando proclama la Revolución Bolivariana con un carácter Socialista, a favor del campesinado, de las mujeres de la patria, de los obreros, de los niños, de los desamparados y desasistidos, le tocó al Presidente Chávez lidiar con los demonios externos pero también internos que amenazaban para ese entonces a la Revolución Bolivariana. Vimos crecimiento económico, avances tecnológicos, abastecimiento, mejoras salariales, adecuación de los servicios públicos, acceso a los medios de comunicación radioeléctricos, a las asambleas vinculantes, a la libre expresión y a la libre participación política sin represión alguna.
En esta nueva etapa nos encontramos en un escenario político y social muy parecido al de la cuarta república, pero con el agravante de que las prácticas represivas y de silenciamiento político y social están siendo puestas en prácticas en un contexto social completamente distinto, donde contamos con la asistencia de una Carta Magna “garantista” a la cual, poco a poco, han dejado sin efecto quienes son los encargados de hacerla cumplir desde las instituciones del Estado.
Hoy me dicen trasnochado y les doy la razón, soy un trasnochado, porque quien se preocupa por el destino de su patria, de su pueblo, de su familia, de sus amigos, no puede dormir tranquilo en medio de tantas atrocidades que se ven a diario. El comandante Chávez bien lo expresó: “Bastante cojones hay aquí”, y lo interpreto no solo en un momento en que el imperialismo norteamericano nos asediaba, sino en el día a día. ¿Qué pasó con las conquistas y reivindicaciones obtenidas en los años de gobierno del Presidente Chávez? ¿Las medidas coercitivas nos han impedido mantener el orden interno del país al extremo que sobre la moneda oficial, ese Bolívar que Chávez se esforzó por fortalecer, sea el Dólar americano el que rige las políticas económicas y financieras de la nación?
Hay un grupo que me dice trasnochado, no se equivocan, seguiré siendo trasnochado hasta que no existan desapariciones como la de Carlos Lanz Rodríguez, hasta que no se siga bonificando el precario ingreso de los trabajadores de mi patria, hasta que se restituyan los derechos ganados con sudor y sangre por nuestros estudiantes, hasta que se reivindiquen los derechos de nuestros ancianos, niños y mujeres de nuestra Patria, seguiré siendo trasnochado hasta que el país se enrumbe definitivamente hacia un estado socialista.
Seguiré siendo trasnochado hasta que desde el gobierno se hable de Racionalidad Comunitaria, postcolonización, pensamiento local, la triada de la Comunidad “Los sujetos, la Pacha-mama y los ancestros” como un todo.
“Hay un grupo que dice que lo haga reír, dicen que mi canción no es así juvenil, que yo no me debiera poner a cantar, porque siempre estoy triste, muy triste, miren que decir eso con tanto motivo para no reírse como es.”
Silvio Rodríguez – “Hay un grupo que dice”.
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