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La pandemia imperial. Crónica de una interminable derrota

Raphaël Dunant - Trabajo propio, data from 2019–20 coronavirus pandemicList of countries and dependencies by population and (NBC News) Coronavirus map: The COVID-19 virus is spreading across the world

La pandemia imperial. Crónica de una interminable derrota

Rúkleman Soto (24/03/2020).

Estados Unidos acaba de desplegar 30.000 soldados en Europa (https://diario16.com) y se espera la llegada de otro contingente, en medio de una pandemia que azota al viejo continente como a ningún otro. Los ciudadanos de la Unión Europea deben permanecer confinados para tratar de evitar la mortífera infección, mientras un ejército extranjero patea sus territorios y el COVID-19 no le hace ni coquito.

Dice la nota tomada del sitio Diario16.com, que “según ha informado el Pentágono, los soldados están sanos y exentos de contraer el coronavirus”, aunque la OMS ha señalado que "USA se convertirá en el epicentro del COVID - 19". Hoy 24 de marzo, la cifra se acerca vertiginosamente a los 50.000 casos y se han registrado 622 decesos en ese país. En Europa los datos no son muy distintos.

Puede pensarse que uno anda empatado en la onda de las teorías conspirativas, tan solo porque Donald Trump anda metido en un berenjenal que compromete su reelección. O porque la alianza Rusia-China ha puesto en jaque al dólar. Para muestra un botón, el año pasado “el segundo mayor banco de Rusia, el VTB, especializado en comercio exterior, llegó a un acuerdo con el Banco de China sobre las transferencias en las divisas nacionales” (Rusia Today).

Noticia vieja, los analistas hace rato caracterizaron el declive de la hegemonía gringa. Esto no significa que alguien pueda andar creyéndose que este es el fin del sistema capitalista. En alguna parte leí que nos resulta más fácil imaginarnos el fin del mundo que el fin del capitalismo, ese imaginario que necesita consumir a ritmo de pandemia, por mucho coronavirus que invada su tejido social.

No es el fin del capitalismo pero sí la constatación de su “interminable derrota” (quizás nunca fue más triste y eficaz la expresión de Albert Camus, tomada de su novela La Peste). Es la paradoja de un modelo civilizatorio que solo existe por el mismo consumo que amenaza su existencia. Lejos de acercarse a su fin, la civilización del capital parece ver en la crisis sanitaria la oportunidad de una reconfiguración total. Estados Unidos, y aliados, intenta tensar las cuerdas del reacomodo global con un calculado costo malthusianesco, a juzgar por unas tropas listas para resistir el COVID-19. Si al menos el personal médico que lucha contra el virus estuviera libre de contagio sería una victoria de la humanidad.

─¿Y los pueblos?

─“Bien gracias”, eso quisiéramos responder, pero lo impiden 408.869 contagiados y 18.236 víctimas fatales en todo el mundo al momento de escribir esta nota. Y acelerando: Transcurrieron 67 días desde el primer informe de covid-19 para llegar a 100.000 casos, 11 días para los 200.000, y solo cuatro días para superar los 300.000 (OMS). La movilización popular, tan floreciente en el planeta hasta hace semanas, ha entrado en cuarentena. La biopolítica nos ha inmovilizado a escala planetaria.

Mientras tanto un filósofo asiático de nombre Byung-Chul Han, descubre el agua tibia: “tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta". Por lo pronto lo único que se mueve es el destructivo ejército imperial.

Al sujeto popular transformador, ese que es capaz de imaginar un mundo sin el capital, le toca la tarea de inmunizarse cuanto antes.

#LaVozDeGuaicaipuro
#EnciendeTuVoz

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