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Cuando alguien se atreve a soñar!

Las líneas en el Konuko XI

Por: Rafael Marrero (15/09/2018)

¿Para qué sirve la utopía? La utopía sirve para avanzar! Esa es una de las grandes lecciones que nos recuerda constantemente y lo hace a través de todos los tiempos el inmortal Eduardo Galeano. Esa utopía que nos mueve el intelecto, la moral, el alma, la conciencia, esa misma que nos empuja a ser románticos, a creer que podemos lograr un cambio de paradigma y romper con toda forma de dominación imperial (tanto interna como externa) que nos ha mantenido en este letargo que nos limita a depender de lo que no producimos.

El Derecho a soñar es inherente a la propia condición humana y en estos tiempos considero que es un Derecho de los más anhelados en el mundo, toda vez que la posibilidad real de soñar se ve amenazada y en la mayoría de los casos atropellada por la abrumadora realidad, que en su dinámica diaria y de manera contradictoria allana el camino para hacernos seguir una utopía, un sueño que nos induce a seguir el camino.
Soñadores somos todos. ¿Quién puede negar que alguna vez ha pensado en cometer una “QUIJOTADA”, a decir de nuestro querido oeta tequeño Franklin Trómpiz (ó Francisco Del Rey), quien de eso sabía bastante?

Somos soñadores naturales, muchos imbuidos por las trampas que el sistema capitalista nos ha impuesto desde su lógica perversa y que ha llevado a algunos a cometer actos que han menoscabado toda forma de credibilidad, convivencia y respeto del uno por el otro.

En nuestra cotidianidad vemos personas que sueñan con “asaltar el poder” a toda costa, que pueden imponer ese sueño sobre el sueño de libertad que tanto anhelan la mayoría de los pueblos del mundo. Hay quienes sueñan con dirigir nuestro destino por un camino contrario al que hemos decidido emprender y del que jamás nos separaremos, por lo menos yo de manera individual no lo haré.

Se aproximan las elecciones de concejales y en lo que respecta a nuestra jurisdicción, el Municipio Bolivariano de Guaicaipuro del Estado Bolivariano de Miranda, ya vemos como los mismos carcamales que toda la vida han optado a esos cargos, los han ganado y nunca los han ejercido, hacen lobby político con sus súbditos para que los tomen en cuenta en las listas en las venideras elecciones, si tiene alguna duda, lo invito a sentarse 20 minutos en la Plaza Bolívar de Los Teques y seguramente para su desagrado los verá desfilar por allí, ellos tienen derecho a soñar, lo único que nos puede salvar de semejante sortilegio es avanzar en busca de nuestra propia utopía, ya las postulaciones y las cuotas de participación (o repartición) están establecidas “desde arriba”, saque usted sus conclusiones.

Hay que soñar, tener la voluntad de regalarse la libertad espiritual que merecemos cada uno desde su perspectiva, por allí comienza todo, por un sueño.

Sueña la madre con sus hijos, siempre para bien. Sueña con alguna alegría quien lleva una vida llena de tristezas, sueña con mucho quien tiene poco y con poco quien tiene mucho, sueña el de arriba y el de abajo, sueña el creyente y el incrédulo, soñaron Jesucristo, Bolívar, Martí, Marx, Pettión, Sucre, Zamora, Lenin, Fidel, el Che, Argimiro Gabaldón, Fabricio Ojeda, Ghandi, Teresa de Calcuta, Alí Primera, Hugo Chávez, entre muchos otros, pero lo más importante fue que más allá de soñar hicieron, allí están sus frutos.

Soñemos, sí, pero con la cabeza y el corazón despiertos, soñemos con amor y manos dispuestas!

#LaVozDeGuaicaipuro