![]() |
Panorámica de Los Teques (1951) de Héctor Rondón |
Por: Manuel Almeida Rodríguez
El 21 de octubre de 1777 se fundó la parroquia eclesiástica de San Felipe Neri de Los Teques. Este es un acontecimiento que marca la primera definición territorial de la ciudad y se ha asumido como su partida de nacimiento. Es bueno, sin embargo, acotar algunos temas de interés que exponen grandes retos para la historia, la memoria y el patrimonio tequeño y guaicaipureño.
Historia Nuestra
Los seres humanos construyen recuerdos, añoranzas y mitos, casi exclusivamente, sobre su lugar y su tiempo. Si bien, la experiencia de cada sujeto es distinta, al compartir con sus contemporáneos consolida una generación que siembra sus afectos en el sitio de las vivencias compartidas. De esta forma se va labrando la cultura, identidad y gentilicio, de dicha generación y se establece un diálogo –o conflicto– con las generaciones que la preceden o suceden.
Es así como cada generación deja vestigios de memoria y patrimonio, tanto de su propio proceso identitario (lugares, anécdotas, arquitectura, gastronomía, música, etc.) como en las relaciones establecidas con otras generaciones (conflictos de intereses, brechas generacionales, procesos formativos, desinterés por el patrimonio, etc.)
Todas y cada una de las comunidades que cohabitan en la urbe y sus áreas aledañas viven este proceso. Por lo tanto, cada una de ellas es un sujeto histórico que debe ser reconocido. Lo que trasciende, por supuesto, al centro de la ciudad que rodea a la iglesia y los poderes públicos para abarcar todos los territorios, urbanismos y barrios. Por otra parte, es fundamental asumir que nuestra historia incluye a todas y cada una de las generaciones que la han habitado estas tierras. Solo así podemos entender hoy con conciencia crítica y provecho una historia que abarca milenios.
Ríos de gente.

Lo que podemos deducir sobre el poblamiento de esta urbe se sostiene en los datos conocidos y elucubraciones sobre la geografía y el comportamiento de las naciones originarias que habitaron estas lomas. Los Karives llegaron por las rutas del agua y las filas de las montañas, consolidando las naciones Teke y Kirikire. Se comunicaban con los arbakos y los Valles de Aragua por los caminos que hoy atraviesan Laguneta de La Montaña. Estas rutas de tránsito fueron el afluente principal de los conquistadores que venían tras las supuestas minas de oro que desencadenaron la resistencia originaria. Una vez pacificada la región con el asesinato de los principales Guaicaipuro y Conopoyma, a finales del siglo XVI El gobernador Juan de Pimentel y sus sucesores instruyeron recursos y operaciones para la ocupación del territorio. Siguiendo, por supuesto, los caminos ya andados por los originales Tekes y Arbakos.

Esto se materializó a través de diversas “encomiendas de indios” e incursiones exploratorias de españoles que, al no encontrar oro y no tener recursos para establecerse en otro lugar, hicieron de estas tierras su hogar desde 170 años antes de la instalación de la parroquia. Muchos de ellos trajeron a africanos esclavizados, lo que dio inicio el proceso por demás doloroso de integración étnica y cultural que aún persiste.
Las primeras rutas de poblamiento concentraron la mayor cantidad de población en dos ejes: Por un lado, El Corozal- Retamar- Pueblo nuevo; y, por otro lado, Lagunetas – San Pedro – Los Teques. Ambas seguían las rutas de tránsito karive y las afluentes de las quebradas y el rio que hoy conocemos como San Pedro. La nación Teke, por su parte, fue empujada hacia el sitio de San Corniel entre los ojos de agua de Camatagua y El infiernito, a los pies de la llamada cueva “del indio”.
La Parroquia
En 1770 Mariano Martí (Brafin, 1721-1Caracas, 1792) fue designado como Obispo de Venezuela. Desde ese momento comenzó un recorrido minucioso por el territorio que le permitió organizar a la diócesis, de cara a la creación de la Capitanía General de Venezuela en el año de 1777.

En su recorrido Martí conoció estas tierras en octubre de 1772. Quedándose en El Corozal que, según el: “Era el más poblado de una serie de vecindarios dispersos que jalonaban estos altos tequeños”. Ahí había una capilla donde ofició la misa. Luego instruyó un decreto para la fundación de una Parroquia en que limitaba con Carrizal, Las Mostazas, San Pedro, Paracotos, Guaya, San Diego y Macarao. Tal decreto lo emitiría 5 años después Gabriel José Lindo, Juez provisor y vicario general del obispado, con fecha del 21 de octubre de 1777.

Esta jurisdicción eclesiástica nació con advocación a “La Asunción de nuestra señora” y la jurisdicción y feligresía de San Phelipe Neri de El Corozal, lugar donde estaba la mayor población y una capilla donde había oficiado misa el obispo en su recorrido. Este nombre y lugar sería luego corregido por el propio Marti para Los Teques pues este era el nombre del territorio que integraba a los diversos caseríos.
El primer párroco designado fue Manuel Antonio Fernández Feo (Caracas, 1744-Sta. Lucía, 1813). Hombre enérgico y voluntarioso que provenía de Maracao. Este se encargó de construir la parroquia y levantar los primeros censos de población. Fernández feo mantuvo su oficio desde El Corozal hasta que poco tiempo después logró recolectar los recursos para la construcción de la catedral que sería inaugurada el 31 de mayo de 1790.
Para la reflexión
Cada octubre Los Teques, y el municipio entero, entra en un gran debate sobre la conmemoración, cada 12 de octubre, de la resistencia originaria conducida por los Teques y Guaicaipuro que además nos dan el gentilicio. Luego cada 21 de octubre se celebra la instalación de la parroquia como símbolo fundamental de la ocupación del territorio por parte de las instituciones que llevaron adelante la conquista y colonización. Pero siempre es necesario recordar que la parroquia y el gentilicio debe construirse reconociendo la raíz fuerte de todas las generaciones tekes o criollas que nos precedieron. LA frondosidad del árbol, que es nuestra sociedad dependerá de la profundidad y amplitud de las raíces que poseemos, que son nuestra memoria, para construir la sociedad que queremos que queremos de justicia, igualdad y la mayor suma de felicidad posible.

#LaVozDeGuaicaipuro
#EnciendeTuVoz
#EnciendeTuVoz
0 Comentarios