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Del Cacique Tocorón y de como su nombre cobró fama en Los Teques


Por Henys Peña.

Hay quienes aún prefieren llamar al lago de Tacarigua, lago de Valencia, al Churún Merú, Salto Ángel, o al Guaraira Repano, El Ávila, claro que “descolonizar” es un asunto de palabras, pero sobre todo de significados, hay quienes quieren cambiarlo todo, pero en otros, no en sí mismos, su propio desconocimiento ha de permanecer intacto, y es por lo que hay quienes desconocen que Tocorón es el nombre de un cacique Caribe, o Karaive, como prefiere escribirlo el hermano de la montaña, que ahora anda con la gente que siembra agua. A diferencia de Guaicaipuro, que por estas tierras conserva algún que otro defensor, Tocorón no parece tener quien salga a secundarlo, me presento en sempiterna vocación de ser minoría, pero nunca solo, en defensa de causas aparentemente perdidas.

Tocorón es además una comunidad, que hace parte del Municipio Zamora, enclavada en la Parroquia Augusto Mijares (Profesor Augusto Mijares, Villacurano, 12/11/1897 – 29/06/ 1979, abogado, historiador, escritor, pedagogo y periodista, escribió aportes a la biografía de Simón Bolíva). Los primeros esfuerzos “coloniales” en Tocorón, corresponden al abuelo de El Libertador, que preservó para el tiempo el nombre de aquel cacique.

La ocupación del Valle Tocorón, se inicia por Guacamaya, donde Don Juan Bolívar y Villegas, abuelo paterno del Libertador, abre caminos cortando ramas y árboles y en alta voz dijo que si había alguna persona en contra saliera y lo dijera, no habiendo quien lo contradijera él se quedaba en estas tierras, todo se hacía con testigos y se elaboraban los Títulos de Propiedad correspondientes, estos títulos donde aparecen los nombres y más detalles, se encuentran en el Archivo Principal y en el Archivo de la Arquidiócesis de la ciudad de Caracas.
Claro está, solo fue el inicio, la sed del oro, la obsesión de los europeos de extraer lo más rápido posible la mayor riqueza de estas tierras, los hará desparramarse por todos sus rincones en busca de “El Dorado” y al no encontrarlo, trocaron sus esfuerzos en el oro blanco de entonces, no la cocaína, que lo será más recientemente, sino el azúcar.

Hacia los años de 1.724, surge Don Juan Sebastián Basiliano de Ponte, quien introduce unos Títulos y reclama la posesión legal de los Valle de Tocorón, a partir de entonces se inicia un litigio de tierras que va desde los años de 1.724 hasta el 1.726, cuando en junio de ese mismo año se da la posesión real, actual y corporal a la familia de Don Sebastián Basiliano de Ponte, en su propiedad principal “ La Hacienda Trapiche San José” como potreros y viviendo del conuco, como actividad de sustento.
Ambos textos de Prof. Johnny Hernández Calvo, en su obra; El Valle de Tocorón en el intento fundacional de la primera ciudad aragüeña, de 1996. Así que el que en Tocorón funcione en este tiempo un Centro Penitenciario, es un infeliz resultado de la necesidad de esta “sociedad” de sancionar a algunos de sus “ciudadanos”, pero el que pretendan hacer sinonimia entre el nombre de un cacique indígena, una cárcel devenida en antro cuyo verdadero nombre es Centro Penitenciario de Aragüa, y un mercado de la economía informal en Los Teques (Vencedores de Guaicaipuro), más que una afirmación infeliz, representa el atornillamiento profundo e irreversible de la sinonimia entre indio y bruto.

Brutos son los que no saben quién es Tocorón, pero aún más, quienes no les importa, y los peores son los que como “loritos” les gustan las palabras de moda, los motes y los epítetos, y ofenden (desconocen) a sus ancestros… y siguen pretendiendo salvarnos, y no hacen otra cosa que hacer daño.

@COPYLEFT / TODOS LOS ERRORES RESERVADOS

#LaVozDeGuaicaipuro

Publicado en Tribuna Popular Nro. 3004 del 06 al 19 de diciembre de 2018, pag 2, 

https://issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_3004_digital. consultada el 10/12/2018.